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La meditación ayuda a ser consciente de qué ocurre en el momento presente.
Podemos ser conscientes de cómo está nuestro cuerpo, de cómo afectan las condiciones metereológicas a nuestra piel, de cuáles son nuestros pensamientos y de cómo nos comportamos ante determinadas situaciones, entre otros.
Por qué debemos aprender a meditar
La mente del ser humano del siglo XXI está llena de información. Constantemente. Es por esto, que en muchas ocasiones no somos capaces de ver con claridad. Incluso, tomamos decisiones incorrectas porque no somos capaces de ver los verdaderos motivos.
Con el dinero pasa igual. Nos comportamos de forma autómata. Y eso hace que tomemos decisiones de las que luego nos podríamos arrepentir.
Qué ocurre cuando incorporamos la meditación a nuestra rutina diaria
La práctica de la meditación nos ayuda a centrarnos en lo que está ocurriendo en el momento presente. Lo hace a través de la respiración normalmente.
Practicar meditación durante un día no tendrá resultados visibles. Necesitaremos mucho tiempo más, para ver los beneficios.
Quizá este es el problema por el que mucha gente lo deja. Nos ponemos el listón muy alto. Queremos poner la mente en blanco, y no de eso de lo que se trata.
Se trata de observar lo que ocurre en nuestra mente. Cuando hacemos esto a diario durante mucho tiempo, es cuando, quizá, sentimos unos segundos de mente en blanco.
No quiero que te quedes con esto. No es el fin. Lo que se persigue con la meditación no son estos pocos segundos. Sino todo lo que acompaña al conseguir ese momento.
Qué mejoras tiene la meditación en la relación con el dinero
Cuando empiezas a darte cuenta de lo que ocurre a tu alrededor, te haces también consciente de cómo te comportas en los distintos ámbitos de tu vida.
El dinero es una herramienta tan importante en la vida del ser humano de hoy en día, que volcamos mucho valor sobre él. Esto hace que nos podamos sentir en carencia, a pesar de no ser así realmente.
Con la práctica de la meditación, podremos darnos cuenta de algunos patrones como:
- Cuando estamos tristes consumimos más.
- Cuando tenemos miedo reducimos el consumo.
- Cuando tenemos ahorros nos sentimos seguros.
- Cuando no los tenemos, nos sentimos desamparados..
Estos sólo son algunos ejemplos. Con la práctica, debes buscar los tuyos propios.
Quizá te interese mejorar tu práctica meditativa y tu relación con las finanzas en mi escuela de finanzas, Cultura Económica.