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Para llevar una buena organización de Finanzas no sólo es necesario hacer buenos presupuestos, una buena herramienta y un hábito, también es necesario conocerse bien y saber cómo te comportas financieramente ante determinadas situaciones.
Y eso es precisamente de lo que te quiero hablar hoy, del consumo emocional.
Qué es el consumo emocional
Podríamos decir que es lo que consumes cuando estás controlado por alguna emoción.
Generalmente, las emociones que mueven el consumo son la alegría y la tristeza, a diferencia del miedo, que hace todo lo contrario, lo restringe.
Un buen ejemplo es ese momento en que quedas con alguien para ir de compras. Imagina que vas Ikea con tu madre que tiene que comprar algo para su casa. Antes de pasar por la zona de exhibición, pasáis por el bar, para tomar el típico café que regalan cuando eres socio de la Tarjeta de cliente. En principio, no teníais pensado gastar nada aquí, ya que el café es cortesía de Ikea, pero veis la tarta de chocolate y almendras y decidís coger una cada una. Al final, encontráis la máquina de zumo de naranja natural, y cogéis también un vaso cada una.
Después del segundo desayuno de la mañana, entráis a la exhibición, buscando los utensilios de cocina que quería comprar tu madre, pero al llegar a la zona de salón, veis unos cojines preciosos. La conversación surge así:
– Creo que me voy a comprar unos para el sofá, los que tengo están bien, pero estos son tan bonitos… – dice tu madre.
Tú los coges, pruebas el tacto y los alejas un poco, para mirarlos con perspectiva. Y vuelves a escuchar a tu madre:
– Coge dos para tu habitación, te pegan con las cortinas
-Pues sí, te voy a hacer caso, los que ya tengo los pongo en Wallapop y me quedo con estos.
Fíjate que está ocurriendo. Tu madre iba a comprar utensilios de cocina, quizá si hubiera ido sola, se habría centrado sólo en eso. En cambio, el desayuno relajado, el momento de camadería, la colocación estratégica de los productos de Ikea, es decir, estímulos emocionales en todos los casos, hacen que compréis algo que no teníais en mente, incluso aunque no lo necesitéis porque ya tenéis en casa.
Esto es consumo emocional.
Y está bien. No te hagas cruces pensando que nos engañan con el marketing. Ellos hacen su trabajo, y se procuran su propio bienestar, y tú, eres responsable de lo que compras o no. Hacerlo en estas circunstancias es totalmente humano y no pasa nada si de vez en cuando lo haces.
En el episodio de hoy te cuento mucho más sobre este tema.