En el episodio de hoy quiero hablarte sobre los errores que cometía por no ser organizada con las finanzas de mi negocio, pero también de mi vida en general.
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¿Por qué necesito llevar un control sobre mis finanzas?
Ha sido un problema que he tenido siempre.
Sí, tengo un pasado.
De hecho, hablo mucho sobre este tema porque yo misma he sufrido en carne propia qué implica no ser organizado con las finanzas.
Recuerdo que mi padre, que en paz descanse, me lo decía siempre y me enfadaba mucho con él. Con el paso de los años, me di cuenta de que tenía razón y era cierto que era muy desorganizada.
¿Qué implicaba ser desorganizada financieramente?
En muchas ocasiones tener descubiertos en la cuenta, o tener que pagar intereses por retrasar los pagos.
En general soy gastona. Digamos que si tiro de automático, mi tendencia es a gastar más que a ahorrar. Esto no es bueno ni malo. Es. Simplemente.
Como digo, si tiro de automático, tiendo a gastar más de lo que debo. Pero, ¿qué es eso de tirar de automático? Pues ni más ni menos, que no poner conciencia en lo que se hace. Es decir, no ser consciente de las emociones que están entrando en juego a la hora de tomar una decisión financiera.
Y este fue el quid de la cuestión. Ser consciente de que no era lo que decían de mí. Sino que estaba usando el dinero para tapar una carencia emocional.
Entender esto es crucial.
El dinero es hoy tan importante, que volcamos en él mucho más poder del que realmente tiene.
Cuando me di cuenta de cómo actuaba, entendí que tenía que llevar una organización. Porque mi tendencia natural era a comportarme así.
Cómo empecé a organizar las finanzas
He pasado por muchas herramientas. A algunas de ellas he vuelto después de un tiempo. De momento no he topado con la herramienta perfecta, pero sí he encontrado algunas muy buenas.
Para mí, sin duda la mejor, es Excel. Pero por mis circunstancias personales, no es apta en este momento de mi vida. Requiere más mantenimiento o sentarme al ordenador, y muchas veces no tengo tiempo en mis ratos libres.
Por lo que necesitaba una herramienta que me enseñara de un plumazo qué estaba pasando con mi dinero y cómo me estaba comportando.
Probé Spendee y me fue bien durante un tiempo, pero más tarde me cansé de algunas carencias.
También probé Money Wiz, pero me resultaba fea y no la usaba mucho.
Por último, descubrí YNAB. Y aunque la dejé por un tiempo, he vuelto a ella, porque está configurada para gente, que como yo, somos tendentes al consumo.
Conclusión
Ser consciente de lo que me pasaba con el dinero me ayudó a entender que tengo que ser organizada sí o sí con mis finanzas.
Esto quiere decir que tengo que llevar un control cada poco tiempo para ver que no me estoy pasando de lo que me había propuesto en un principio, y de esta forma, no tirar del automático de mis emociones relacionándose con el dinero.
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